¡¡ CHANTEIRO , ........ DONDE EL ATLANTICO GOZA !!
Artículo publicado en varios medios de comunicación
Romayo
domingo, 18-septiembre- 1977
«Chanteiro, donde el Atlántico goza»
Por ROBERTO MAYOBRE REBON
Chanteiro celebra estos días sus tradicionales fiestas de la Merced.
Si siempre es agradable la visita a Chanteiro durante cualquier época del año, magnífica la ocasión que se brinda en estos días de fiestas. Vale la pena acercarse por aquí y disfrutar de la naturaleza sin cortapisa alguna, sentir y contemplar el Atlántico con sus claras aguas.
Fue en el año 1970 cuando buscando un «slogan» para ensalzar a Chanteiro y sus fiestas se nos ocurrió este de “Chanteiro, donde el Atlántico goza”. Desde entonces la frase ya se hizo popular en toda la comarca, figurando siempre en los carteles y programas de fiestas.
”Chanteiro, donde el Atlántico goza” creemos que le sienta bien a este lugar.
El Océano Atlántico en efecto, parece que disfruta batiéndose y produciendo espuma salitrosa contra los agrestes acantilados de Coitelada y Avarente; goza acercándose suavemente y acariciando, cual amoroso amante, las blancas y limpias arenas de nuestra playa, logrando con afanoso empeño postrarse ante la ermita de la Merced, a la que perfuma con su fresco olor a yodo y salitre.
La playa de Chanteiro, enfrentada totalmente al mar abierto, se le ofrece al inmenso Atlántico como sumiso novia y él la estrecha con sus dos poderosos brazos de mar convertidos en la rías de Ares y El Ferrol
Es aleccionador contemplar desde cualquier lugar de Chanteiro al Océano Atlántico, ya sea cuando se muestra suave y cariñoso ya cuando aparece bravo, irritado y devastador.
Se dice, y no nos extraña, que Pompeyo descuidé las exigencias de la guerra para ver una puesta de sol desde nuestras costas. Bien vale la pena acercarse a estos contornos y disfrutar de la impresionante belleza de una puesta de sol en el horizonte marítimo del Atlántico.
En los atardeceres veraniegos, el disco solar coloreado en rojo intenso, se va hundiendo lentamente en el Océano. Parece como si sudoroso y sediento después de un día caldeado. fuera a apagar sus ardores al inmenso abrevadero del mar y lo hiciera con tanto deseo, que en su irrefrenable afán por calmar su sed se fuera ahogando con sorbos de olas adornadas de blanco encaje.
Es todo un espectáculo, desde luego digno de ver. Hay quien asegura que el último rayo que se deja ver es de color verde, un verde quizá extraído del mismo mar, que el Sol en su agonizante desaparición eleva al cielo infinito.
Además, la contemplación del mar con su incesante vaivén reconforta y anima y nos hace recordar sentimentalismos vividos o imaginados: la Atlántida, el Jardín de las Hespérides, el Mar Tenebroso, los familiares que buscando otros horizontes emigraron a la otra orilla, los barcos y hombres gallegos que por la ruta del mar buscan la seguridad para sus vidas, encontrando a veces la muerte. En fin, evocaciones sin límite que el mar nos trae.
Invitamos a todos a que visiten ”Chanteiro, donde el Atlántico goza” durante estos días de fiesta para que gocen ellos también con nosotros.
1 comentario
rosa -